30.7.10

nap we

nap we

Los haitianos tienen el ombligo para afuera. La costumbre al nacer no es cortar, sino tirar del cordón umbilical. Felito, o Fofò, como le gusta a él presentarse, no para ni un segundo. Tiene tanta energía que hasta su voz ronca le hace parecer mayor. Felito enfermó de tétanos al nacer. Se le infectó la herida del ombligo. Su madre estuvo quince días de pie, cargándolo en brazos, hasta que alguien de la clínica estatal se compadeció de ellos y decidió atenderlo. Fue en ese momento cuando la madre se fue. Debió pensar que estaba en buenas manos. Felito no para nunca. Sonríe de una manera que se le ilumina toda la cara. Llegó a la escuela de la mano de un doctor que sabía que aquí lo cuidarían. Sonríe con su barriguita al aire, desde que puede se desnuda, mostrando con orgullo su ombliguito haitiano.

2 comentarios:

Reina del Mango dijo...

Bien por Felito.

Anónimo dijo...

Cómo cambian los sistemas de referencia, eh?.Como normalizamos lo que desde la otra esquina nos haría juzgar alegremente a los demás. Ya veo que tú también estás yendo a la escuela a aprender. No desaproveches la oportunidad que se te da. Te lo dice una maestra(aprendiz). Besos. ML

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Gracias Pero No Gracias por Ornelia Cabrera se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.