yo

yo

Pensar que me daba miedo venir aqui. No solo al pais, sino especialmante a Puerto Principe. Habia oido tantas barbaridades que estaban ocurriendo...

Pensar que antes me costaba madrugar, y que ahora cada dia me levanto a las cinco de la manana. Pensar que me preocupaba que ponerme y ahora estoy con un pantalon, que casi nunca me pongo por el calor, dos pareos prestados y tres camisetas. Las otras faldas que traje no me las pongo por vanidad. No solo porque estoy sin depilar, sino porque parece que soy alergica a los mosquitos de aqui. No son ronchas lo que tengo, sino hematomas gordos con sus bolsas. Un espectaculo que no quiero compartir con el mundo.

Pensar que antes me preocupaba engordar y ahora soy feliz de comer tres veces al dia arroz, porque se la suerte que tengo en comparacion con otros.

Ayer acompane a Mark, el doctor de Boston, al campamento de Jubile a ayudar en su consulta improvisada debajo de un arbol. Nos invitaron a un polo de uno de esos vendedores ambulantes con nevera portatil. Casi me pongo a llorar de la emocion de tener otro gusto en la boca distinto del arroz. Eso me debe convertir en el ser mas superficial de este lado del rio, pero que le vamos a hacer. Cuando nos ibamos, fui al bano. Y una nina se quedo a mirar, probablemente con un interes antropologico, para ver si los blancos hacen pipi de la misma manera.

No me siento diferente a como era antes. No me siento ni mas llena, ni mas vacia. Es como si estuviera usando otras partes de mi que siempre han estado. Lo siento todo con una gran naturalidad. Con emocion, pero a la vez desde una cierta distancia. No puedo hablar mucho desde el yo, porque automaticamente acude a mi cabeza el nosotros. Estoy todo el dia con gente. Trabajando codo a codo. No hablo mucho, escucho todo el tiempo. Ellos me entienden, a pesar de que no hable Creole. Saben que estoy aprendiendo al observarlos. Estamos bien. En Creole, ellos se dice YO.