22.6.10

open water

open water
John Williams va a arder en el Infierno (si hubiera o hubiese). Podría haberse salvado de haber sólo puesto música a las bandas sonoras de Superman, Indiana Jones o la de La Guerra de las Galaxias. Pero no, como compositor de cabecera de Spilberg, también tuvo que hacer la de Tiburón. Por su culpa se truncó cualquier posibilidad de que llegara a ser waterpolista profesinal (un poner) . Me quedé en nadadora de orilla. Eso quiere decir que desde que el fondo se ocurece vuelo (otro poner) hacia fuera. La cosa hubiera sido diferente si John Williams se hubiera estado quietito. Pero no. En esos largos veranos ociosos de la niñez, uno de los pasatiempos era llegar al rompeolas de Playa Dorada y volver. A la ida yo solía llevar un ritmo constante, pero a la vuelta, era de las primeras que llegaba, medio ahogada por la prisa. Y es que ponía el turbo absoluto, porque en mi cabeza no paraba de sonar la dichosa canción, y como imaginación no me faltó nunca, si llegaba a mirar atrás (nunca lo hacía) hubiese visto aletas a mi vera. Recordé esa sensación viendo la peli Open Water. Una pareja queda abandonada a la deriva en mar abierto. Como metáfora de alguna relación no puede ser más terrorífica.

2 comentarios:

Reina del Mango dijo...

Gracias a Pilates, ahora tenemos el Pilates. Y podemos nadar en seco.

Anónimo dijo...

http://autoliniers.blogspot.com/2010/06/liniers-macanudo-el-humor-de-macanudo_24.html

Licencia Creative Commons
Gracias Pero No Gracias por Ornelia Cabrera se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.