29.1.09

manual de instrucciones

preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj
"...Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj..."
(Historias de Cronopios y Famas, Julio Cortázar)

5 comentarios:

Reina del Mango dijo...

Al fondo está la muerte, pero mejor no lo piense... Grande, Cortázar.

Reina del Mango dijo...

Ahora que lo pienso, el divismo es lo peor. Hizo falta que me sacaras para que me pasase por aquí. Bueno, amiga, ya me puse cómoda.

Ornelia Cabrera dijo...

me parece perfecto. este blog estaba muy humilde, hacía falta la luz de una estrella;)

Anónimo dijo...

Es por eso que tengo fobia a los relojes. En la cena de empresa me regalaron uno de esos relojes-despertador digitales para poner en la mesilla de noche, si, ese que tiene la función de informarte del estado actualizado de tu insomnio.

No hay forma más absurda de perder el tiempo en esta vida que estar pendiente de él.

dulce dijo...

Esclavos de las cosas para darle algún sentido a vidas vacías.

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