18.4.07

la maldición etrusca

la maldición etrusca Yo que tengo ciertas tendencias adictivas (zapatos, chocolate, Sexo en Nueva York...), soy capaz de detectarme los síntomas solita. Hay épocas en las que no escribo nada y nada pasa, pero hay otros momentos, en que hablo con la gente, finjo que les escucho, asiento educadamente en los momentos precisos, pero en realidad no estoy ahí. Estoy dentro de mi cabeza (como si hubiera mucho espacio donde esconderse), escribiendo mentalemente un nuevo post, que como soy desmemoriada y volátil, olvidaré al segundo... Ayer me contaba un amigo aficionado al chat que había conocido a una chica y habían quedado. No hablaré sobre los tópicos de cómo el no tener tiempo o no tener ganas hace que mucha gente tome como opción este tipo de sociabilización. Ni la admiración que me profesan los aventurados a las citas ciegas. Porque, en estos tiempos, ¿quién te dice a ti, que en el primer chat por el que cruces el umbral cibernético, no encontrarás al amor de tu vida? El amor de tu vida, madre mía, que nervios. Qué responsabilidad. ¿Todavía tenemos derecho a buscarlo, o nos hemos vuelto demasiado cínicos?. En estos tiempos, que es el único tiempo que tenemos, parece ser que hay más opciones de conocer gente. Mis abuelos se conocieron en el baile de su pueblo. ¿Qué hubiera pasado si mi abuela se decide a no ir ese día? Los abuelos de un amigo holandés se conocieron en la plaza del pueblo a donde los jóvenes en edad de merecer iban a lucirse. Si se gustaban, el chico le pedía a la chica dejarle acompañarla a casa. ¿Qué pasaba si no dejabas que te acompañara a casa?, le preguntó mi amigo, Pues que no te casabas, contestó la buena señora. Ay, no sé qué decirte Lola. A lo mejor no está fácil eso de conocer al amor de tu vida en uno de esos tugurios habituales por donde nos movemos, pero imagínate que ese día no vas a la plaza, o vas y estás borde para hablar con el primer holandés que quiera acompañarte a casa. Con lo duros que son los zuecos de madera , y lo que cansan...mejor si alguien te da conversación por el camino, aunque en esa lengua te suene todo a maldición etrusca.

4 comentarios:

Gustavo dijo...

Y en qué chat fue eso???...

Necesito la dirección YA!!!!

;-)

Besitos.

davydukas dijo...

Fue en el chat de terra, un foco inmundo de perdición humana, aunque también pueden surgir situaciones interesantes. Soy el amigo chatero susodicho por cierto, y he de decir que mis mejores amistades aquí en Tenerife han surgido gracias al chat!! Viva el chat!!! Aunque ha habido ocasiones en las que hubiera preferido que el ordenador no se inventara, la última cita es cuanto menos prometedora...

Anónimo dijo...

¿suecos de madera? debe ser algún alto y rubio con cara de palo. No es lo mismo calzarse un sueco que un zueco...

Ornelia Cabrera dijo...

Ay q lástima, que ya cometo ataques contra el diccionario y contra la Real Academia de la Lengua, esa que "Limpia, fija y da esplendor", como dice su lema.

Licencia Creative Commons
Gracias Pero No Gracias por Ornelia Cabrera se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.