19.6.13

Ciencia ficción pero no tanto

crónicas capitalistas
Los Ancianos nos contaban extrañas historias de gente que definía su forma de ser a través de las marcas que consumían (¿o era al revés y las marcas los consumían a ellos?). Historias inverosímiles si no fuera por la fuerza de la convicción que nos producían las palabras-ley de los Guardianes de la Memoria... Hablaban de los tiempos Capitalistas. No importaba tanto qué eras como las marcas con las que adornabas tu piel. Las marcas eran los nombres de los dioses a los que servias. Al hacer visibles sus nombres por todo tu cuerpo estabas dejando claro que trabajabas para ellos, pagando su tributo, esperabas su bendición... Te liberaban de la necesidad de ser , de pensar, de crear algo, cualquier cosa, pasabas a representar los ideales de estos dioses que hablaban por ti...Era un culto no apto para todos. Destinado sólo a unos pocos, aquellos capaces de aceptar las consecuencias de esta compra-venta.    Algunos elegidos no tenían que pagar precio alguno para llevarlas. Se las regalaban. Eran los llamados modelos, especie de gurus elegidos con ese fin, por la perfección de sus formas. Eran un modelo para la sociedad. Nunca mejor dicho. Eran tan perfectos como autómatas. Apenas sabían hablar. No importaba. Mejor así. De esta forma nada se interponía entre el mensaje del que eran portadores.  Nada distorsionaba la sabiduría de las marcas con que adornaban sus pieles...

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Gracias Pero No Gracias por Ornelia Cabrera se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.