28.9.11

necesidades

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Comer se convierte a veces en algo obsceno. Una necesidad natural, humana, animal, como el sexo, o ir al baño, y como tales, mejor no satisfacerlas en público. No se me ocurriría hacer pis en mitad de un taptap, de la misma manera que no se me ocurriría abrir un paquete de galletas. También es difícil en Kay Didi. La comida está ferreamente custodiada por las hábiles manos de Desana, que hace malabarismos para que de para todos. El problema está en esos días hambrientos que suelen coincidir conlos días de cocina vacía. Y yo no soy de las que tiene motivos de queja, que a fuerza de traer paquetes de Café Caracol de Canarias, y de prepararlo la mañana, me la fui ganando. Los niños son los únicos que tiene barra libre todo el día .Pero luego están todos los demás. Las adolescentes que han vuelto a vivir en casa, tras una etapa de rebelión contra las estrictas normas culinarias, esto es, nada de carne, pescado, cebollas, ajos y champiñones (supongo que en la calle las normas iban más allá de eso), han vuelto. Y luego están lasmujeres que trabajan en la casa, y el portero, que parece que nadie come allí de 9 a 5. Para losque no han vivido nunca en un país donde la gente pasa hambre ( y no por dieta) es difícil de entender lo mal educado que es comer delante de gente que igual no prueba bocado en días. Y se pasa mal, porque al fin y al cabo, una vive aquí y es normal tener hambre y comer. Pero lo haces con cierta verguenza, rápido y sin mostrar mucho placer. Para los que viven en un país como este, pero dentro de una gran ONG ,en sus grandes mansiones, en coche oficial a todas partes, siempre con la ventanilla cerrada, sin caminar por las calles, les resultará lejano esto de que hablo, pero forma parte de mi realidad cotidiana. Igual que la falta de luz la mayoría de las noches, el tener que cargar en cubos el agua de la ducha, o algunos otros pequeños detalles de vida, que siempre di tan por sentado. Y para mi ha sido un aprendizaje, y no me quejo, porque sé que puedo elegir, y que esto puede ser sólo una aventura. Para ellos no es así. Nunca lo ha sido, y nunca lo será. Yo sigo hoy con la sensación de ser una anoréxica, pero al revés, ocultándose para comer. Porque hay días que uno tiene un cierto vacío que no se llena por más arroz que tragues...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Namaskar,
Entiendo perfectamente... :( , y aunque uno lleve para todos...como que nunca es suficiente.

Cuidate hermanita... es tremenda universidad a la que estas... y mas aún te admiro por tu tenacidad!!!

Gracias por tu labor.

Arádhana

Reina del Mango dijo...

Chocolate y pulgas catalanas virtuales para vos, que te los puedes comer virtualmente sin despertar los apetitos de nadie.

Cuídate. Y come. Aunque sea el arroz.

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