pink martini
No se trataba de ser actriz. Era mas una cuestión de parir. De la fisonomía de mi cuerpo podían surgir vidas distintas, pasados nebulosos, futuros inciertos, presentes inocentes. Yo era la hija y la madre, el amante y el verdugo, el banquero y la vagabunda. Mi cuerpo podía ser transformado. Con solo cambiar el guión podía habitar las circunstancias de otro, de otra que no dejaba de ser yo. Todos podemos tener muchas habitaciones con un disfraz diferente aguardando su final feliz dentro del laberinto. ¿Acaso no todos los finales lo son?
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