3.6.10

compartimentos

compartimentos (6)

Amanece en la caja de zapatos. El sol se filtra por cada resquicio. ¡Y qué sol! ¡Qué luz! Es imposible seguir durmiendo a pesar de estar desinflada por el agotamiento. No queda más remedio que abrir los ojos, parpadeando como si levantara losas. Dónde estoy. Qué es esta caja de cartón. Desconchones de humedad en las esquinas. Telas de araña. Un crucifijo. Este colchón que se estremece con cada una de mis respiraciones, como un amante demasiado solícito. Se oye afuera el mar y las aves que lo voltean. O acaso no sean aves, sino voces chillonas de niños, de mujeres. Hablan un lenguaje cifrado para mí. No entiendo qué dicen. Me duele la cabeza. Cierro los ojos. Intento zambullirme de nuevo en el mar del sueño. Olvidar la pesadilla. Como si fuera posible. Sólo dormir. Olvidar el dolor de cabeza. Olvidar los últimos días, los últimos años. La última vida. La caja de zapatos no me deja. Se me viene encima. Y sin embargo, vuelvo a dormirme. Una mano desde más allá del sueño me pone trapos fríos en la frente. Quisiera abrir los ojos, abrir los labios y expresar mi agradecimiento. Pero no puedo. Espero que quién esté a mi cuidado, sepa entender. No siempre está uno para ceremonias. Ya no hay tanta luz. Cuánto tiempo habré dormido. Olfateo el aire. Huele a comida. ¿Tengo hambre? Le pregunto a mi estómago. No, me contesta. Mala suerte, olía tan bien...

No hay comentarios:

Licencia Creative Commons
Gracias Pero No Gracias por Ornelia Cabrera se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.