24.5.10

duermevela

vértigo (18)
Fue desperezándose, saliendo lentamente de la pesadilla, como quien, al beber un vaso de agua, se quita el regusto amargo de una siesta demasiado larga. Un hombre dormía a su lado. Desconocido y familiar a su vez. Son tan lejanas, aún las personas que amamos, cuando vuelan por la almohada. Volvería a estar cerca en cuanto abriera los ojos. En cuanto le sonriera primero con la mirada, con la boca después. No sabes qué sueño he tenido. El mismo de ayer. Lo sé. Te he oído hablar dormida. Volvías a creer que te perseguía para matarte. Ya sé, ya sé que es ridículo... ¿Lo es?Decían sus ojos maliciosamente y el corazón le dio un vuelco. Pero el vértigo sólo duró ese segundo, hasta que la abrazó. Volvió a ser ese hombro callado en el que podía apoyarse, ser por fin ella misma, sin necesidad de más palabras.

No hay comentarios:

Licencia Creative Commons
Gracias Pero No Gracias por Ornelia Cabrera se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.