read my lips
Carolina no salía de su asombro.
-Estaba en mitad de la sala de espera con un montón de gente alrededor, y la señora vino a preguntarme, que si su seguro le cubría la operación de los labios de su hija. No paraba de repetir que le habían quedado tan bonitos, que le habían quedado tan bonitos. Allí, delante de todo el mundo. La gente no tiene ningún pudor...
-¿Pero por qué te extrañas tanto? -preguntó Elisa-, ¿acaso era un labio leporino, una verruga, alguna malformación del paladar?
-No, -contestó Carolina- si no se trataba de nada en la boca...
2 comentarios:
Tanta indiscreción. Menos mal que a nosotras no nos gusta hablar...
jajaja..... gracias por no ponerle al post kiss my lips.
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