la pro-vocación
La Fura del Baus pasaba por la ciudad presentando su última creación. La más controvertida. La más polémica. Trataban de escandalizar a las mentes pensantes, que por contrapartida se alzarían en un aplauso unánime, tonto el que no aplauda. En el intermedio uno de los de producción se acercó a Juan. Era el chico más alto y guapo que vio por allí. Le dijo:
-Necesitamos un gancho entre el público. Uno de nuestros actores se acercará a ti y te empezará a tocar y a insinuarse. Pero nos tienes que dar permiso.
-Pero, a ver, ¿me la va a chupar en público?, contestó mi amigo.
-No, claro que no, respondió el de producción escandalizado.
-Ah, pues entonces paso, dijo Juan zanjando la controversia.
3 comentarios:
Bien hecho.
Dejarse tocar pa ná es tonteria.
Muy bien que hizo, los modernos estos del teatro son todos unos... modernos
Decía Milan Kundera en "La Inmortalidad": Ser absolutamente moderno es ser aliado de tus sepultureros.
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