anacrónica
Cuando era pequeña odiaba con toda mi alma los domingos por la tarde-noche, que me indicaban que el fin de semana llegaba a su fin, valga la redundancia. Ignoraba yo que sufría un mini síndrome pos-vacacional, antes de aplicar a todo mal una receta. No sólo detestaba los lunes porque sí, tenía motivos mayores: Por culpa de un sadismo de calendario, a las ocho de la mañana en la clase de deporte tocaba carrera de vallas y el salto al potro. Para mí no había mayor tortura. Quién me diría a mí, que años más tarde el deporte era lo único que me aliviaría los lunes la tortura que supone hacer carrera en la vida, con o sin obstáculos, dependiendo del humor con el que elija síndrome ese día...
1 comentario:
Yo corro contra la vida mas que contra reloj y mi sídrome es pos-intencional.
Corre Ornelia y no te detengas...
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