le monde
Una mañana de resaca, Lola descubrió que había perdido el teléfono móvil. Después de un ataque de pánico, fruto de una larga adicción, comprobó, no sin sorpresa, que el síndrome de abstinencia no era tan doloroso como ella creyera. Qué sensación de paz invadió su casa liberada de microondas externas. De ahora en adelante, si alguien quisiera conectar con ella debía recurrir a medios más personales que limitaran la distancia oceánica entre los seres vivos...Pero qué digo. Señor estoy sola en le monde. Estamos en guerra sin trincheras. Cómo me entero yo ahora del lugar preciso del Desembarco de Normandía.
3 comentarios:
si hay que remar hacia la orilla, remaré
No sabes cómo te entiendo, mira que yo no soporto ni de lejos a Mariah Carey, pero cuando me robaron mi móvil me vi cantando histrionicamente el "I can´t live"... if living is without you!!!
besos
Lola había ya perdido la cabeza la noche anterior con los delirios del cansancio jejeje
Es triste cuando llegamos a "necesitar" un aparato vibrador cerca, con el que además puedes comunicarte con tu gente, cuando lo das por extraviado.
Propongo retomar los viejos hábitos de darse una vueltecita por los lugares habituales y dar una sorpresita a quién ayer le decías por el móvil: "Ah, no estarás ahí, vale, hoy no salgo"
Rompamos con el sedentarismo promoviendo hábitos perdidos y muy saludables como caminar, por el simple echo de ir a buscar a alguien que, crees que puede estar en tal sitio de los habituales.
AHORA!! se me pierde el móvil y me da un yuyu jajajaja ya no solo por los números sino por la agenda :P
Besotes
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