19.6.08

ancas de rana

ancas de rana
En la calle San José da gusto sentarse a tomar un café. Está siempre a la sombra y es tranquila, a pesar de ser paralela a la calle Castillo. Hay una cafetería en la que el dueño siempre me dice que cómo es posible que no tenga novio ( qué sabrá él), y que si en dos años sigo sin uno, Princesa te tienes que casar conmigo. Yo contesto con educación que soy republicana y que no me gusta que metan prisa a mis sapos. En eso llega puntual uno de esos personajes emblemáticos de la calle, el señor que pide desde detrás de unas gafas de doble culo de botella: Señññññorita, ayyyyyúdeme. Un euuuuro nada más. Que estoy por pedirle un día las lentes y mirar el mundo a través de sus ojos. Quizá así dejara que el camarero me prepare unas ancas de rana...Ah no, que yo soy vegetariana.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡Dios mio, lo conozco!!, estuvo pidiéndome durante los tres años que estudié en Santa Cruz. De hecho, nosotros ibamos a esa cafetería y cuando no teniamos dinero, lo pedíamos a los colegas de la misma manera, Ayuuuuuuuuuudenme, un cafecito nada más.

Joder, que recuerdos. Mejor no le pidas prestadas las gafas, tu visión del mundo no está nada mal.

Ornelia Cabrera dijo...

La rana Gustavo cantaba eso de "No es fácil ser verde" antes de que la ecología se pusiera de moda...

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