sin nudos
Por fin había logrado quedarse a solas. Estaba borracho desde hacía tres rones. Ebrio de soledad, intentaba averiguar qué le había mantenido de mal humor durante todo el día. Desasosiego que no lograba disipar ni llegando al fondo del vaso. A modo de música de acompañamiento que oyes sin escuchar, una frase machaconeaba en su cabeza: Te equivocaste. Una lágrima fundió los cubitos, en el último trago. En otro lado del mundo, ella se llevó la mano a la garganta. Intentaba desenredar el nudo , que de repente, la ataba a un sentir casi apagado.
3 comentarios:
Lo malo es que no sabemos que nos equivocamos sino nos equivocamos previamente. Pero por otra parte, que aburrida sería la vida sin equivocaciones.
Talento al desnudo... El comienzo perfecto de un libro, o tal vez el final?
De tu más ferviente admiradora.
Lupita.
Hola Ornelia, no visitaba tu blog hace unos dos años, el tiempo que hace que no nos vemos.....No has perdido combatividad, ni ingenio, ni capacidad de observación ....Pero basta de halagos, aunque sean ciertos, el siguiente comentario será seguramente vitriólico...¿O no? como reza el latiguillo de Rajoy.....Bueno, ya me he dado de alta. TONI.
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