2.12.07

insomnia

insomnia Hay una hora de la noche en que es tarde. Ya no puedes llamar a nadie porque es tarde. Cuando la soledad aprieta y es tan tarde que no es esquivable con el cine, para lo que ya es tarde. Para leer es tarde. Se ciegan las letras de tan tarde. A Correos no llegas porque es tarde y los sellos a esa hora no vuelan. Y de tan tarde, y de tan sola, la noche como única compañera. Pero es tarde, y hasta la noche te abandona por la madrugada, que llega tarde. Y tú estás tan cansada, que por ahora, cuando ya los teléfonos están abiertos, la prensa en el kiosco, y los buzones sonrientes, ya es demasiado tarde, y tú, te quedaste dormida, al fin...

1 comentario:

Samuel Hanke dijo...

Gran manera de explicar ese momento de total incertidumbre. Al final uno quiere dormirse por lo mismo. Me gustó tu blog. Saludos!

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