miradas
Los ojos de ella buscaban una respuesta que su boca no iba a pedir. Él no pudo soportar la visión de si mismo a través de la mirada de ella: tan ennoblecido, tan alto y tan caro, que sólo restaba estrellarse en la caída del pedestal. Se sintió obligado a advertir : "Sólo soy el típico maníaco depresivo cuyas emociones suben y bajan en ascensor, al ritmo vacilante de los días".
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