25.5.08

cadáveres exquisitos

exquis
Quedamos con la sana intención de emborracharnos a un precio módico, que no estamos para lujos. Quedamos pues en el Tocuyo. Vino de misa. Malo, pero entra bien y se queda. Tanto se queda que aún me dura la resaca. A medida que el vino acampaba, empezamos a jugar a hacer cadáveres exquisitos. Los primeros eran malos, los finales seguramente peores, pero el alcohol es así, democrático. El que más me gustó dice:
"Hace mucho tiempo decidí no calentar las fresas sin un resfrescante autorizado.
La simetría de casas de chocolate encantaron los misterios de tu risa sin sombras contra el paredón de los adioses.
Y mis rojas mejillas explicaban más de lo que cualquiera pudiera explicar.
Sueño con el día en que me abras la puerta sin tener que tocarla."

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Gracias Pero No Gracias por Ornelia Cabrera se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.