Runaway
-¡Cúbranme!- gritó el francotirador a sus compinches. Fue obedecido por cuestiones de jerarquía, aunque ello supusiera ponerse en una situación de riesgo. El cubierto sorteó las balas y corrió. Corrió y siguió corriendo más allá de la línea de peligro. Desde que pudo se deshizo del arma. Una vez iniciada la huída loca decidió continuar hasta donde perdiera de vista su propia sombra.
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