nitroglicerina
Sucedía que a veces Nitro se acordaba de Glicerina, alguna noche de estas en que tenía insomnio. Glicerina, por su parte, soñaba con Nitro sin saber qué era lo que ocurría en el sueño, simplemente despertando a la mañana siguiente con una vaga sensación de familiaridad. No era habitual, sólo pasaba alguna vez. Cada uno lo interpretaba a su manera, compartiendo un regusto rabioso de nostalgia de seres opuestos, que sólo coincidían en odiar ese sentimiento. No entiendo por qué nunca funcionó, se diría Nitro. Desde luego nunca podríamos haber aspirado a la estabilidad, pensaba Glicerina. Pero, aún así, después de todo, era tan emocionante estar juntos, se dirían ambos: siempre saltaban chispas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario